Maíz: salvo excepciones, los rindes fueron malos y con indicies negativos

La cosecha de maíz transita su recta final. En la zona de influencia de El Trébol, resta alrededor de un 10% por cosechar, el resto ya forma parte de una atípica y para muchos, pésima campaña de grano grueso.

La falta de agua y las agobiantes temperaturas fueron dos factores claves y determinantes a la hora de los resultados finales: “La cosecha de maíz fue muy heterogénea. La zona de influencia entre El Trébol – María Susana – Los Cardos, en ese “triángulo” tuvimos rindes entre 90 y 120 quintales la hectárea. En la zona de El Trébol, Los Cardos y para el este, maíces entre 60 y 70 quintales y el sector de El Trébol, Cañada Rosquín y Casas, entre 25 y 30 quintales”, explico el Ingeniero Agrónomo de la Cooperativa Agrícola Ganadera de El Trébol Limitada, Germán Kast sobre la disparidad de rindes en materia de maíz.

A la hora de evaluar un rinde promedio, Kast sostuvo que: “Si hacemos un promedio de toda la zona;  o sea de El Trébol y sus alrededores, estimamos que el rinde es de unos 50 quintales la hectárea, que obviamente es muy por debajo de lo que se espera al inicio de la campaña; luego en la medida que fueron transcurriendo los meses y dadas las condiciones climáticas, era de suponer que la campaña definitivamente sería mala y los valores que se terminaron dando”.

Indudablemente los bajos rindes se vieron reflejados en el nivel de acopio en la Cooperativa y si bien aún resta un 10% por cosechar, el ingreso estipulado no tendrá mayor incidencia y el volumen de acopiado será uno de los más bajos de las últimas décadas.

Maíz de segunda

En lo que respecta al maíz de segunda, el panorama es más complejo aún: “El maíz de segunda está igual o peor que el de primera. Puede haber algún que otro lote “relativamente bueno” – de 60 / 70 quintales la hectárea -, después hay muchos lotes que espigaron por rodero que seguramente no superaran los 20 quintales y también hay muchos lotes directamente “cocinados” por las altas temperaturas, que ni siquiera largaron la flor y la espiga”, precisó el Ingeniero de la Cooperativa acerca del mal estado que evidencia el maíz de segunda.

Falta de agua y altas temperaturas

Un año atípico desde lo climático, con la peor sequía de los últimos 60 años terminaron arrojando resultados muy adversos para el sector agropecuario, que no sólo falló – en su gran mayoría – en la cosecha de maíz, sino también ve seriamente afectada la cosecha de soja. “La falta de agua, las escasas o nulas lluvias en los meses de enero y febrero fueron determinantes, pero me animaría a decir, que las tremendas temperaturas tuvieron una altísima incidencia en el desarrollo del maíz. A mi entender fueron más perjudiciales las altas temperaturas, que la falta de agua y acá se terminó dando un combo de ambos factores y el resultado está a la vista”, concluyó Kast sobre el complejo panorama climático por el cual se atravesó.