La sequía en la pampa húmeda para el campo ya se ubica como la peor de los últimos 44 años, considerando las lluvias registradas en los últimos cuatro meses.
Luego de una situación totalmente opuesta, con inundaciones que hacían temer una menor superficie sembrada y una caída en la producción por los excesos hídricos, en noviembre pasado las precipitaciones se cortaron de manera abrupta.
Según se desprende del análisis de imágenes de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA), en los últimos cuatro meses se registraron entre 100 y 400 milímetros menos respecto de lo normal para el promedio de lluvias caídas desde 1973. En ese período, clave para la siembra y el desarrollo del maíz y de la soja, las lluvias suelen estar entre los 450 y los 550 milímetros. “Estamos ante una anomalía fortísima, muy generalizada”.
Fuente: INTA